La medicina, la práctica de la abogacía, las ventas, la educación y el comercio, entre las profesiones que se verán afectadas por los avances en la computación cognitiva.
Hasta ahora un abogado recién recibido podía esperar pasar buena parte de los primeros años de profesión leyendo cientos de fojas de jurisprudencia o buscando casos en el mundo que puedan ayudarlo a resolver el suyo. Pero esto está a punto de cambiar con el uso de la Inteligencia Artificial (IA), programas diseñados para realizar operaciones que se consideran propias de la inteligencia humana, que están empezando a modificar la forma en la que se trabajamos en todo tipo de industrias.
Según datos de la firma Accenture, la IA tiene la capacidad de doblar las tasas de crecimiento de las economías desarrolladas (que representan el 50% del PIB mundial) de aquí al año 2035 y tiene el potencial de aumentar la productividad laboral en un 40% de aquí al año 2035 en las economías desarrolladas. Microsoft la llama la revolución invisible porque modifica las profesiones y cosas de todos los días en forma profunda, pero sin que casi podamos percibirla ¿Cómo? Casos pioneros en algunas profesiones ya están cambiando el rol del profesional en su trabajo de todos los días.
Educación, abogacía
El uso de chatbots está metiéndose en el aula. Investigadores de la Facultad de Matemática Astronomía y Física de la Universidad Nacional de Córdoba mejoraron la capacidad de un sistema online de tutorías –donde las preguntas son respondidas automáticamente. Lo lograron a través de un conjunto de algoritmos que incorporan información contextual para interpretar las consultas más comunes, de las que aprende constantemente.
Para el desarrollo de los algoritmos se realizaron evaluaciones experimentales en más de 30 escuelas de la provincia de Córdoba. De esa manera, se validaron empíricamente los instrumentos creados en entornos educativos reales de nivel medio. En usos más avanzados se está utilizando la inteligencia artificial para que los docentes puedan hacer seguimientos más personalizados con programas que se ajustan a las búsquedas y necesidades singulares de cada niño.
Ross es el nombre de uno de los primeros asistentes cognitivos del mundo legal. En vez de basar los resultados en la indexación de palabras clave, Ross responde como resultado de una búsqueda, con referencias y citas asociadas. Además basa sus respuestas en bibliografía y documentos relacionados con casos legales. También puede monitorear canales de noticias y cualquier noticia que puede tener un impacto en un litigio en curso es monitoreada y curada por Ross. Es un caso actual que está implementando el estudio de abogados Baker & Hostetler en su división de quiebras con inteligencia de Watson de IBM. Según Accenture, usando asistentes virtuales se pueden revisar 1000 documentos legales en días, mientras que para el mismo trabajo se necesitarían 3 personas, que harían la misma labor en 6 meses. Con esta misma lógica, de poder procesar información miles de veces más rápido que los humanos, se mueven industrias como la de los seguros.
Medicina
Es una de las industrias más maduras en el uso de IA y en la que se esperan grandes cambios en los roles de los profesionales en los próximos 10 años. Por ejemplo con Watson se está trabajando con organizaciones salud de todo el mundo para ayudar a los médicos a crear tratamientos personalizados para el cáncer, como con la reconocida Clínica Mayo (Minnesota), se trabaja para identificar más rápidamente a pacientes posibles para sus estudios clínicos. Un caso modelo es el de Baylor College of Medicine (Texas) donde un equipo de científicos, biólogos y analistas de datos, junto con profesionales de IBM, han identificado en cuestión de semanas y con precisión varias proteínas que modifican la proteína p53, relacionada con muchos tipos de cáncer. Se trata de una hazaña que habría tardado años sin las capacidades cognitivas de IBM Watson.
Márketing y ventas
La IA está permitiendo desarrollar experiencias de compra personalizadas y realizar mejores planes de inventario y distribución. Se centra en la creación de experiencias “más positivas” de compra. The North Face lanzó una experiencia de compra interactiva online con Inteligencia Artificial donde cualquier comprador, a través de una conversación sencilla y natural -porque comprende lenguaje natural, es decir, como hablamos las personas – puede acceder a una búsqueda realmente personalizada de lo que necesita. Esto es posible porque durante la compra, el sistema va haciendo preguntas muy específicas al cliente como “¿En qué ciudad va a utilizar la campera que quiere comprar y cuándo? (un lugar y una fecha o estación del año)”, “¿Para quién es la campera? (hombre/ mujer/ mi hija/ esposa/ esposo, etc)”.
A medida que realiza las preguntas suma sugerencias y ejemplos para ayudar al cliente en todo el proceso. Luego procesa la temperatura del lugar en esa época del año, las características de la persona para quien compramos la campera y nos muestra las opciones que recomienda. Allí sigue el proceso y pregunta “¿Para qué actividad la usarás? (entonces podemos indicar para actividades al aire libre, para el trabajo, necesito algo versátil, etc)” y sigue con otros detalles. Así, el resultado es que la persona, respondiendo una serie de preguntas muy sencillas en lenguaje natural, recibe la recomendación de la campera que necesita. La tienda, por ahora, está disponible en inglés y en beta.
“Los sistemas cognitivos hoy aprenden más rápido que nosotros, no tienen sesgo psicológico y nos dan respuestas basados en evidencia concreta. Por lo tanto, los profesionales tienen el equivalente a un experto a su lado, al que pueden pedirle cosas específicas de su ámbito”, describió Roberto Cruz, Gerente General de Cognitiva. Muchas otras industrias cambiarán: cine, televisión, arquitectura, seguros , moda, transporte y ya hay hasta artesanos chocolateros logrando mezclas a las que sólo llegaron luego de usar IA para analizar cruces de gustos poco probables y experiencias globales.
El impacto en el trabajo
La contracara de este avance y lo que prende alarmas en muchas industrias es cuánto impactará esto en la pérdida de trabajos humanos. Según un estudio presentado en el Foro Económico Mundial se perderán el mundo unos siete millones de empleos “de oficina” en los próximos cinco años. El estudio predice el desarrollo en las áreas de inteligencia artificial, robótica, nanotecnología e impresión 3D. Esta pérdida se compensará con la creación de otros 2 millones de nuevos empleos en las áreas de computación, ingeniería, arquitectura y matemática.
Según Klaus Schwab, director de Foro de Davos, “sin una acción urgente y específica para organizar la transición y contar con trabajadores con la formación necesaria, los gobiernos tendrán que lidiar con más desempleo y más desigualdad”. Ese será uno de los grandes desafíos para los próximos años: el reentrenamiento y la capacitación continua para que las tecnologías como la inteligencia artificial sea verdaderamente una asistencia que amplifique las capacidades de los trabajadores.
Martina Rua | La Nación | 29 de noviembre de 2016